De nuevo vuelvo con una receta tradicional que me encanta… la clave para conseguir unas buenas natillas, es utilizar ingredientes de primera calidad: leche fresca, huevos camperos y un ratito en la cocina. Y así, sin muchas complicaciones, obtenemos un postre buenísimo que podemos acabar como más nos apetezca: con galletas, con unas fresas, con grosellas…
Con las cantidades que te propongo, he llenado las 7 cazuelitas que ves en la foto, así que por unos 3 euros tenemos unas natillas exquisitas y sin conservantes ni colorantes para alimentar a toda la familia.
Ingredients:
1 l leche fresca
1 vaina de vainilla
corteza de un limón
6 yemas de huevo
150 g azúcar
2 cucharadas soperas de maicena
galletas
Elaboració:
1. Reserva un vaso de leche y por a calentar el resto en un cazo junto con la rama de vainilla y la corteza de limón. Cuando cortes el limón, evita cortar al máximo la parte blanca. Yo lo hago con un pelador de patatas.
2. Cuando la leche haga el primer hervor, retírala del fuego y deja que se temple durante 1 hora o más.
3. Bate los huevo junto con el azúcar.
4. Disuelve la maicena en el vaso de leche que has reservado y añádelo a los huevos. Mezcla.
5. Cuela la leche hervida y añádela a los huevos.
6. Devuelve la mezcla al cazo y ponla a fuego medio. Remueve constantemente con una cuchara de madera hasta que la mezcla alcance los 85º. Si no tienes termómetro, sabrás que está en su punto cuando la espuma de la superficie desaparezca y las natillas espesen. No dejes que llegue a hervir o se cortarán.
7. Reparte las natillas en unos cuencos y dispón encima una galleta maría.
8. Deja enfriar y reserva en la nevera hasta el momento de servir.
Una receta tradicional, sencilla y que no debemos olvidar… Mucho mejor que las natillas del súper!
Hasta la próxima!