Uno de los productos estrella durante la época de Cuaresma es, sin lugar a dudas, el bacalao. Lo podemos preparar de mil maneras diferentes, así que lo debemos tener muy en cuenta a la hora de planificar nuestros menús de primavera.
El bacalao en salazón ha estado presente desde siempre en la gastronomía catalana. De hecho, hay escritos del s. XVI donde ya mencionan este ingrediente. En Cataluña tenemos recetas muy típicas como el bacalao a la llauna, el bacalao con allioli o con romesco.
El bacalao nos va combinar perfectamente con arroz, legumbres, pasta o verduras, que es tal y como lo he preparado yo. He escogido una receta que se ha hecho desde siempre en mi casa y que es muy sencilla. Además, tiene la ventaja que la podemos preparar con antelación y nos va a servir para llevar en el taper a la oficina.
Es fundamental que domines la técnica para desalar el bacalao correctamente. Te voy a explicar como lo hago yo. En este caso he utilizado lomos de bacalao, que no tienen espinas y tienen un grosor menor que la parte del morro. Pedí que me cortaran cada lomo en 3 trozos. Ya en casa, seguí el siguiente proceso:
1. Puse el bacalao con la piel hacia arriba en una cacerola baja y lo cubrí con agua. Puse la tapa y la metí en la nevera durante 4 días.
2. El cuarto día, cambié el agua y lo volví a dejar en la nevera hasta el día siguiente.
3. El quinto día, volví a cambiar el agua y lo dejé de nuevo en la nevera.
4. El sexto día, repetí la operación de nuevo.
5. El séptimo día, escurrí bien el bacalo y lo dejé un par horas sobre un paño de algodón limpio para que se escurriera bien.
Ya ves que tanto para desalar como para cocinar el bacalao he utilizado mi cacerola baja Le Creuset. No me cansaré de decirte que invertir en una cocotte o cacerola de esta marca es una excelente idea. A mí me resulta comodísimo utilizar las mías para macerar o desalar alimentos en la nevera, para hornear, para cocinar en la vitro y para llevar directamente a la mesa. Son tan bonitas que no hace falta que traslade mis platos a una fuente.
Ingredientes:
3 lomos de bacalao
2 cebollas moradas
2 pimientos rojos
5 tomates pera
3 pimientos choriceros
harina
aceite de oliva
sal
Elaboración:
1. Quita el pedúnculo de los pimientos choriceros y ponlos en remojo con agua caliente durante 1 hora. Una vez se hayan rehidratado, retira su carte con ayuda de una cuchara o el filo de un cuchillo. La piel deséchala.
2. Enharina los trozos de bacalao y fríelos en una sartén con abundante aceite de oliva a fuego vivo. No los cocines mucho, con un par de minutos por cada lado es suficiente. Una vez fritos, deja los trozos sobre papel absorbente.
3. En una cacerola baja, pon un chorro de aceite de oliva y sofríe la cebolla cortada en juliana. Echa una pizca de sal y deje que sude unos 5 minutos a fuego medio.
4. Pasado el tiempo, incorpora los pimientos cortados en jardinera y deja que se sofría 5 minutos más.
5. Añade el tomate rallado y la carne de los pimientos choriceros. Deja que reduzca unos 10 minutos. Rectifica de sal si fuera necesario.
6. Cuando tengas el sofrito en su punto, añade los trozos de bacalao a la cocotte y deja que todo el conjunto haga chup-chup unos minutos. No se te ocurra meter ninguna cuchara o espátula en la cocotte a partir del momento en que metas el bacalao o podrías romper los trozos. Para remover, mece suavemente la cacerola. Pasados unos 5 minutos, retira del fuego y tápalo. A mí me gusta dejarlo reposar un rato, mientras hago el aperitivo, para que se integren bien los sabores. Luego si hace falta, lo caliento en un momento y lo tengo a punto para disfrutar.
Puedes acompañar este plato de bacalao con un poco de arroz blanco, unas patatas fritas o una ensalada. Y no te olvides el pan para mojar en la salsa!!
Hasta la próxima!!