Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, he traido un plato de inspiración árabe cocinado en un tajine, que es un recipiente, que tradicionalmente es de barro, y se utiliza para cocinar guisos a fuego lento. La tapa tiene forma cónica y su función es condensar los líquidos de la cocción y que vuelva a caer sobre la superficie del guiso, evitando que se resequen los alimentos. Tienes más información sobre el tajine en este post de Claudia&Julia.
Puedes cocinar el tajine con lo que más te guste: pollo, cordero, ternera… o incluso preparar una versión vegana utilizando únicamente verduras y legumbres. Poco a poco te iré dando más opciones para que le saques partido a este utensilio. Te recuerdo que hace unas semanas publiqué un tajine de cordero que estaba para chuparse los dedos.
Como verás, es un plato bastante especiado. Las cantidades te las dejo un poco a tu gusto. Eso sí, no dejes de utilizar cúrcuma, que a parte de darle un bonito color naranja, es una especia con múltiples propiedades. Hay estudios que dicen que la cúrcuma tiene propiedades antiinflamatorias, mejora la circulación sanguínea, protege el hígado y tiene un alto poder antioxidante, lo que ayuda a nuestro organismo a fabricar sustancias para combatir los radicales libres. Al tener tantos beneficios para la salud, la cúrcuma se ha vuelto, dentro de los ingredientes picantes, una sensación que se puede utilizar en una gran variedad de platos.
Ingredientes:
2 muslos de pollo
2 cebollas moradas
6 zanahorias
1 calabación
1 cucharadita de cúrcuma
1 cucharadita de cominos
1 cucharadita de jengibre
1 pizca de nuez moscada
1 guindilla
pimienta negra
un puñado de anacardos crudos
un puñado de almendras crudas
una cucharada sopera de miel
sal
aceite de oliva
aceite de sésamo tostado
Elaboración:
1. Corta cada muslo en tres trozos. Yo lo que hago es separar el jamoncito y el contramuslo lo parto en dos.
2. Echa un chorro de aceite de sésamo y un chorro de aceite de oliva en el tajine. Salpimenta el pollo y dóralo por todos los lados. Una vez dorado, resérvalo.
3. Corta la cebolla en juliana. Retira un poco de aceite del tajine si fuera necesario y sofríe la cebolla durante unos minutos a fuego lento. Una vez esté transparente, añade todas la especias y remueve.
4. Incorpora de nuevo el pollo y las zanahorias peladas. Cubre con agua y deja cocer tapado a fuego lento durante una hora.
5. Pasado el tiempo, retira todo el líquido de la cocción. Ponlo en un cazo y redúcelo junto con la miel. Deja que se concentre bien para obtener una salsa con una textura como de jarabe.
6. Mientras corta los calabacines en bastones y ponlos en el tajine.
7. Tuesta las almendras y los anacardos en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Una vez tostados, añádelos al tajine y riega con la salsa. Tápalo y deja que todo cueza junto 5 minutos más.
Puedes servir este tajine de pollo acompañado de cuscús, arroz blanco o quinoa. Ya verás como lo disfrutas!
Hasta la próxima!!